Por: Juan Carlos Martínez Torres
Consultor en Innovación
Corporación MAVI

El cerebro es uno de los componentes más complejos del ser humano y aquel del que menos información tenemos. En su interior no solo se encuentran nuestros pensamientos e ideas, también yace nuestra personalidad.

De esta forma se han generado avances en análisis del cerebro, desde enfoques médicos como el modelo de McLean que refiere 3 componentes de nuestro cerebro: 1) el reptiliano, donde se encuentran las funciones primitivas y de supervivencia; 2) el límbico: asociado con las emociones y los sentimientos y 3) el neo córtex, donde se ubican los pensamientos complejos, el lenguaje y la comunicación. Por otro lado, desde un enfoque de neurociencias, encontramos el modelo de Roger Wolcott Sperry, que nos habla de los dos hemisferios del cerebro, el izquierdo asociado con el pensamiento lógico y matemático, y el derecho asociado con la creatividad, la música y las artes.

Basados en los dos modelos anteriores, William Edward «Ned» Herrmann, investigador estadounidense en piscología de organizaciones, desarrolló en la década de los 90 un modelo bastante interesante al respecto de cómo entender la personalidad de las personas. Se trata de las dominancias cerebrales, este modelo propone la división de cada hemisferio en 2 partes totalmente diferentes, pero con elementos sutilmente comunes, de tal forma que el cerebro es fragmentado en 4 partes, a las cuales también se les ha otorgado un color característico. Cada una de estas partes representa lo que se denomina una dominancia cerebral. En este sentido cada dominancia podría representar una especie de facción o de categoría que encasilla mayormente nuestra personalidad, lo que significa que podemos desarrollar a voluntad cada una de esas 4 partes. Entremos a analizar cada una de ellas.

Dominancia lógica (azul): Ubicada en la zona cortical izquierda, esta dominancia refleja un tipo de personalidad impersonal, es propia de personas con gran intelecto, que prefieren los argumentos y los debates. Son personas poco emocionales y que se concentran en los resultados.

Dominancia secuencial (verde): Se ubica en el segmento límbico izquierdo, y encuadra a las personas organizadas, que toman pocos riesgos, personas reacias al cambio, que son pacientes y al mismo tiempo conservadores o tradicionales.

Dominancia emocional (rojo): Ubicada en la zona límbica derecha, las personas que se encuentran en esta dominancia, son como su nombre indica, emocionales, pueden tener cambios de ánimo abruptos, son influenciables, sociables, y sensibles, generan empatía fácilmente con las personas por lo que también pueden ser bastante populares.

Dominancia abstracta (amarilla): yace en la zona cortical derecha, en esta dominancia se encuentran personas con capacidades artísticas y musicales, personas creativas, que tienen la capacidad de generar grandes ideas, y que poseen una visión holística de su entorno, al mismo tiempo son personas arriesgadas que aman asumir grandes retos.

Es posible que al leer estas descripciones te identifiques más con una zona que con otra, para esto existen muchos test, la mayoría de ellos extensos pues pueden estar entre las 70 a 120 preguntas en promedio, todos te ayudarán a identificar claramente qué dominancia posees. De igual forma también puedes desarrollar la versión propia de este test, que utiliza patrones cruzados para medir en simultaneo varias dominancias a la vez, y permitiéndote el mismo resultado en 18 preguntas.

Ahora bien, las dominancias cerebrales son una propuesta interesante, pero no son una ciencia exacta, particularmente porque su interpretación se podría expresar netamente gráfica, es decir, si hiciésemos una tomografía del cerebro mientras este está generando un pensamiento en particular, o mientras se está comunicando, las zonas del cerebro que se activarían serían variadas y podrían variar también de una persona a otra, razón por la cual esta propuesta neuro-científica no es del todo aceptada por la comunidad científica.

No obstante, es claro que las dominancias dejan una visión de nuestro cerebro que no necesariamente es errónea, y por el contrario nos permite interpretar y entender cómo funciona nuestra forma de pensar, de liderar, de trabajar, de negociar o de consumir, por lo que es importante tener presente que más allá de las diferencias físicas, nuestras ideas y experiencias moldean nuestra mente y personalidad constantemente, lo cual podría explicar por qué somos influenciables por el contexto cercano o nuestros amigos, que en algunos casos pueden cambiar los hábitos y gustos que tenemos, con cierta facilidad.

Lo anterior también nos deja otra reflexión interesante, y es que podemos tener diferentes dominancias a lo largo de nuestra vida, por lo que vale la pena repetir este test periódicamente para reconocernos a nosotros mismos en diferentes momentos. Y es que experiencias como iniciar una familia, iniciar un postgrado como una maestría o un doctorado, emprender o liderar equipos de trabajo, e incluso tener alguna pérdida importante en nuestras vidas, pueden hacer que la forma como percibimos nuestra realidad y nuestro entorno varíe, moldeando al mismo tiempo nuestra personalidad, que en muchos casos, solemos considerar un aspecto arraigado profundamente en nosotros desde la niñez o la adolescencia o la madurez.