Por: Graciela Villamil Villadiego
Consultora en Mercadeo
Corporación MAVI

En la actualidad existen empresas altamente innovadoras, todos disfrutamos de ellas o las reconocemos por los grandes impactos que han generado, son empresas como Netflix, Airbnb, Uber, Facebook o Google, por mencionar algunas, y presentan una característica en común, han revolucionado sus industrias, en otras palabras, han logrado introducir cambios importantes en la manera tradicional en que se consumía el entretenimiento, el transporte, la información, entre otras, lo cual obedece a las acciones que emprendieron estas compañías para incorporar dentro sus ofertas de valor, ciertos atributos por los que las personas estuvieron dispuestas a romper su patrón tradicional de consumo. Aquí, podemos evidenciar que realmente hay innovación.

Quizá lleguemos a pensar que para ser innovadores debemos ser un genio o tener mucho dinero para generar ideas extraordinarias, sin embargo, en este punto se hace necesario aclarar que existen metodologías que facilitan la innovación, porque la rueda ¡ya se inventó!

Si bien hacer innovación supone desafíos que superar, podemos empezarlo a ver como algo que está al alcance de nuestras manos, porque las técnicas y métodos que la hacen posible ya están creadas.

¿Cómo se puede hacer esto?

Conozcamos a Genrich Altshuller, inventor y escritor de ciencia ficción, a quien se le atribuye la creación de la teoría TRIZ, un acrónimo ruso que en español significa, Teoría de resolución de problemas de inventiva, desarrollada entre 1946 y 1985.

Esta eminencia de la inventiva, sostiene que “las soluciones creativas comparten patrones”, esto significa que para producir soluciones creativas, no tenemos que partir de cero. Uno de los hallazgos más reveladores de esta teoría, es que los problemas y las soluciones se repiten en todas las industrias y Genrich detectó la presencia de ciertas pautas inventivas repetidas.

TRIZ contiene una serie de principios que se deben aplicar de forma adecuada y que sirven para analizar problemas, emplear soluciones estándar e identificar ideas inventivas, con lo cual su creador buscaba que las empresas o personas consiguieran crear nuevos productos, servicios y sistemas o perfeccionar los ya existentes.

Gracias a TRIZ, han surgido técnicas y procedimientos basados en esta teoría y que por ende hacen factible la innovación, una de esas es la Metodología SIT que en inglés es Systematic Inventive Thinking y en español traduce pensamiento sistemático inventivo.

SIT ® Ltd. es el nombre de la metodología y de la empresa, la cual es una agencia global de innovación, creada en Tel Aviv, Israel, en 1995, actualmente tiene presencia en 74 países de todos los continentes. Mondelez Internacional, Davivienda, Siemens, BMW, Sura, son empresas que han trabajado con SIT y han obtenido resultados exitosos.

Esta metodología comprende diversas técnicas, herramientas y principios de innovación bajo los que se rige, para proporcionar una oferta que permita a las organizaciones innovar en lo que ya hacen, sea solucionando problemas, transformando procesos, desarrollando nuevos productos/servicios o mejorando la comunicación. Esta oferta está conformada por factores claves tales como:

  • Herramientas de creatividad: Se trata de 5 herramientas que son parte medular de la metodología, con las cuales se busca desarrollar soluciones inventivas y estas son: Unificación de tareas, Dependencia de atributos, Sustracción, Multiplicación y División.
  • Principios: estos son fundamentales dentro de la metodología porque son los que marcan la pauta para que las herramientas sean gestionadas de forma adecuada y de este modo se obtengan óptimos resultados. Algunos principios son: Función sigue la forma, Camino de mayor resistencia, Mundo cerrado y Fijación cognitiva.
  • Facilitadores: se compone de equipos multifuncionales que poseen una serie de habilidades, competencias y diferentes campos de experiencia que se complementan, permitiendo crear instrucciones y técnicas que garanticen la correcta gestión de la innovación.

Para entender un poco más acerca de la metodología SIT, supongamos que se desea aplicar para el desarrollo de productos y servicios, por tanto, en esta oportunidad tomaremos como punto de partida un principio SIT llamado Función sigue la forma.

Habitualmente, utilizamos un pensamiento convencional, al intentar encontrar soluciones o generar nuevas ideas, buscamos definir primero la necesidad que existe en el mercado, para luego plantear el problema y así proponer diferentes alternativas de solución con el fin de desarrollar productos que logren satisfacer esas necesidades, esto significa que vamos de la causa hacía el efecto. ¿Pero qué pasaría si le damos un giro a esta lógica? Es decir, si empezamos por generar primero las ideas y después vemos qué problema soluciona, suena un poco contraintuitivo, sin embargo, en esto consiste el principio de Función sigue la forma, como lo sugiere la metodología SIT.

Este principio opera de la siguiente manera:

  • Inicialmente, tomamos un producto, servicio o proceso que ya exista, pero sobre el que se requiere hacer un cambio y a partir de aquí vamos a desarrollar nuevas ideas.
  • Luego, procedemos a elaborar un listado de cada uno de los componentes del producto o sistema, vale decir, los elementos que se encuentren en la proximidad inmediata, del producto, servicio o sistema.
  • Lo siguiente que hacemos es quitar, agregar, sumar, dividir componentes o cambiar la relación entre los componentes de dicho producto, servicio o proceso, es decir, se aplican cualquiera de las herramientas SIT y pasamos a crear un producto virtual.

Un producto virtual, resulta de manipular mentalmente un producto existente, lo que significa que hemos planteado ciertos cambios, solo sobre papel, que nos permiten la visualización de un nuevo producto. Uno de los retos en este paso, es vencer fijaciones mentales y explorar la creatividad, ya que es posible que al principio no haya claridad, sobre todo al tener que determinar cuáles podrían ser los nuevos usos del producto virtual.

  • Posteriormente, efectuamos las consideraciones pertinentes, nos preguntamos ¿podemos hacerlo? buscando saber si es factible desarrollar ese producto y qué retos representa los cambios propuestos.
  • Finalmente nos cuestionamos, ¿Debemos hacerlo? Aquí averiguamos posibles beneficios, identificamos necesidades e incluso audiencias o mercados que antes no se habían contemplado. Es ver cómo podemos transferir valor al mercado a través de ese nuevo producto, servicio o proceso.

Podemos observar que, para el proceso de desarrollo de nuevos productos, bajo la metodología SIT, se comienza desde un producto existente. En esta ocasión, solo mencionamos el principio Función sigue la forma para ilustrar brevemente cómo SIT facilita la innovación, aunque son múltiples posibilidades las que se abren cuando se conjugan las herramientas, los principios y el conocimiento para innovar con la aplicación de esta metodología.

Esto nos pinta un panorama más interesante y alentador respecto a la innovación ¿Cierto?