Por: Juan Carlos Martínez Torres
Consultor en Innovación
Corporación MAVI
De acuerdo con el enfoque sistémico de la innovación, la innovación se genera en entornos, ecosistemas o ambientes específicos, Edquist (2005) define los sistemas de innovación como los determinantes del proceso de innovación, un conjunto de factores de tipo económico, social, político, organizacional e institucional.
Para ser considerado como sistema de innovación, es necesario poder identificar tres elementos clave: estructura (elementos y relaciones), funciones y frontera claramente identificable (Lundvall, 1992). Y es a la luz de estos elementos que será evaluado el modelo de sistemas de innovación propuesto por Fernández de Lucio.
Según Castro-Martínez & Fernández de Lucio (2001) un sistema de innovación puede estar compuesto por entornos de tipo: científico (generación de nuevo conocimiento), financiero (recursos de financiamiento), productivo (producción de bienes y servicios), tecnológico y de servicios avanzados (desarrollo de “tecnologías” y servicios a partir de los conocimientos disponibles y generados en procesos de I+D), tales entornos obedecen a una estructura funcional y no institucional, que se complementa con la función de ciertas interfaces o elementos facilitadores de las relaciones entre entornos, dentro de este esquema diferentes actores pueden ser ubicados en función de roles particulares; acorde con lo anterior se cumplen las características de estructura y funciones, mientras que el elemento de frontera esta proporcionado por los marcos: institucional, legal y cultural, los cuales obedecen a elementos en el trasfondo del sistema e integran y ejercen impacto sobre los entornos, las relaciones y las interfaces.
Dicho lo anterior, es claro que el modelo en construcción presentado por Fernández de Lucio responde completamente a las características de un sistema de innovación, en esencia dicho modelo es un bosquejo general o de aproximación a sistemas de innovación, no obstante carece de aspectos que pueden representar una base mucho más sólida de análisis, teniendo en cuenta que su diseño se ha desarrollado en torno a las funciones y no de las instituciones.
En primer lugar funciones como el desarrollo de competencias, o de formación no son abordadas por el modelo y aunque existe un entorno científico, este se enfoca en la generación de nuevo conocimiento y no en los procesos de aprendizaje o de carácter formativo demandado por instituciones.
La función de consumo de los productos de innovación no es claro en ninguno de los elementos del modelo por lo que representa un segundo elemento a mejorar dentro del mismo. Un producto o servicio de innovación puede ser insumo de otro, y por ende representa un input para algunos de los elementos del modelo, en este sentido la empresa como actor cuenta con diversos mecanismos orientados a la obtención de tecnología, de igual forma el nicho mas grande de consumo yace en la sociedad misma, al hacer referencia a productos de consumo cotidiano o frecuente que normalmente son adquiridos al detal.
Un siguiente elemento se asocia con la capacidad del sistema de retroalimentarse; sin importar cuál sea su fuente de conocimiento, el proceso innovador posee carácter interactivo y dinámico. Es así como el sistema puede aprender de sí mismo, de sus experiencias sin importar el éxito de estas; aspectos como la información y experiencias desarrolladas en el proceso de innovación, representan elementos de aprendizaje, y esta función tampoco se ve reflejada en el modelo.
El modelo de Fernández de Lucio fue desarrollado para entender o analizar cualquier tipo de sistema independientemente de su alcance o tamaño; por otro lado, en lo que respecta al enfoque de innovación los sistemas se enmarcan en lo nacional (determinado por fronteras políticas), regional (determinado por actividades económicas que pueden superar las fronteras) y sectorial (que responden a mercados o productos específicos que pueden superar las fronteras (Malerba, 2005), sin embargo mas allá de que dichos sistemas tengan claras fronteras o alcance en función de su ámbito, están sujetas a externalidades, que pueden incidir en la dinámica del sistema, y que no necesariamente obedecen al ámbito económico o político que le enmarca, como lo pueden ser políticas tras-fronterizas establecidas en comunidades de países, donde un sistema nacional una región o un sector pueden verse afectados por los intereses o circunstancias presentadas en otros países generando repercusiones que impacten favorable o desfavorablemente dentro del sistema.