Diana Carolina Martínez Torres
Consultora en Innovación
Corporación MAVI
La economía colombiana se centra principalmente en la producción de bienes de consumo para el mercado interno así como la producción de bienes primarios para la exportación. Sin embargo, siguiendo la tendencia latinoamericana, hoy por hoy, algunos elementos intangibles producto de la creatividad así como el valioso aporte del intelecto humano, adquieren mayor relevancia en el desarrollo social y económico del país.
En línea con lo anterior, la Economía Naranja aprovecha el acervo cultural y creativo presente en los territorios, para crear, producir y distribuir bienes y servicios cuyo valor puede estar asociado directamente con la propiedad intelectual, de allí la diferencia fundamental con sectores económicos tradicionales.
En aras de desarrollar el potencial económico de la cultura y apoyar la materialización de nuevas ideas y productos creativos e innovadores, es necesario que se conciban negocios con propuestas de valor diferenciadoras y que den respuesta directa a necesidades, problemas u oportunidades de los clientes. Para ello, el Mapa de la Propuesta de Valor resulta de gran utilidad, ya que nos evita desperdiciar tiempo, dinero y otros recursos en ideas que no funcionan, y por el contrario nos permite diseñar, probar y ante todo ofrecer a los clientes aquello que realmente están esperando.
En términos generales, es posible definir el Mapa de la propuesta de valor como un método de representación visual que está compuesto de tres partes principales: el Perfil del cliente, donde se describen las características más relevantes de un conjunto de personas, el Mapa de valor, que haciendo alusión a su nombre, especifica cómo se pretende crear valor para ese segmento de clientes previamente identificados, y el tercer elemento lo constituye el Encaje o el punto exacto en el que los anteriores dos elementos coinciden.
¿Cómo desarrollar el Mapa de valor del cliente?
Para abordar esta herramienta se recomienda iniciar con el perfil del cliente, agrupando de manera detallada todos aquellos aspectos que caracterizan a los clientes y que definen sus necesidades y problemas principales. Así, dentro de este componente es posible identificar: a) las alegrías o beneficios que esperan conseguir los clientes, b) los trabajos del cliente o tareas que llevan a cabo los clientes en su contexto y c) las frustraciones, riesgos u obstáculos a los que se enfrentan los clientes al realizar dichas tareas o trabajos.
Una vez abordado este ítem se pasa a desarrollar el Mapa de valor, que describe las características específicas de la propuesta de valor de un negocio. En principio, este componente presenta los productos y servicios que se ofrecen a los clientes, sin embargo, conviene precisar que la propuesta de valor no se limita a una mezcla de bienes tangibles e intangibles, sino que incluye dos elementos adicionales: Por un lado, los aliviadores de frustraciones, que precisan cómo esos productos y servicios mitigan y/o disminuyen los dolores del cliente, y por otro, los creadores de alegrías, que otorgan información exacta de cómo los productos y servicios generan felicidad al cliente y le brindan satisfacción a sus necesidades o requerimientos puntuales.
Finalmente, y en la medida en que los productos y servicios diseñados generan un alivio a las frustraciones de los clientes y les crean alegrías es válido afirmar que hemos conseguido el encaje del modelo, ese punto en que coinciden los requerimientos del cliente con aquello que los negocios ofrecen como solución. Para lograr este objetivo, los emprendimientos ubicados en el sector de la economía naranja, tienen un doble reto: diseñar y desarrollar soluciones innovadoras que resuelvan los problemas mas agobiantes de los clientes y les generen beneficios conforme con sus expectativas, y por otro, preservar y fortalecer los saberes ancestrales, las prácticas del patrimonio cultural e inmaterial y/o la transmisión de conocimientos tradicionales.
En ese orden de ideas, y como experiencia práctica, a través del Diplomado de gestión de emprendimientos de Economía Naranja, impartido por la Corporación MAVI, con el respaldo del Ministerio de Cultura, en el marco de la Beca en Formación en mentalidad y cultura para el emprendimiento cultural, 20 emprendimientos del caribe colombiano han podido recibir asesoría directa en marketing, prototipado y modelo de negocios, en aras de potenciar sus capacidades creativas e innovadoras propios del subsector de la Economía naranja en el que operan y configurando soluciones que impacten de forma directa en el desarrollo económico y social del territorio regional.