Karen Paola Restrepo Aguilera
Voluntaria
Corporación MAVI

La vida académica es una etapa esencial en la formación del individuo, sumando distintos factores que permitan pulirlo y encaminarlo a lograr los objetivos predefinidos por la entidad educativa, y además los establecidos por el mismo estudiante. Desde mi experiencia, es importante resaltar que uno de los factores de mayor relevancia en el desarrollo académico y social, son los grupos estudiantiles a los que decidimos pertenecer; los cuales presentan objetivos, metas y una estructura definida.

Los grupos estudiantiles harán parte de nuestra vida, como si de una herramienta se tratara, lo que nos hace vernos como un talento en el cual se realiza un esfuerzo, de manera que, al igual que un engranaje y sus piezas, deben funcionar sincronizados y siempre juntos.

En mi etapa universitaria, comencé a sentir la necesidad de fortalecer la proactividad y de ser más autónoma, sin embargo, mi voluntad no era suficiente, requería a alguien para identificar con precisión mis dudas, ayudar a detectar los errores cometidos, debatir ideas, relajarme en mis pausas, y en definitiva para mejorar mi desempeño como futura profesional. Al respecto, es válido afirmar que al pertenecer a un grupo estudiantil se comienzan a descubrir nuevas cualidades y habilidades que podemos llegar a desconocer.

Casi al final de mi etapa universitaria, me uní a una organización sin ánimo de Lucro denominada ANEIAP (Asociación Nacional de Estudiantes de Ingeniería Industrial, Administrativa y de Producción), donde pude tener una idea más estructurada del funcionamiento de un equipo de trabajo que crece cada día, trabajando en conjunto para cumplir objetivos que beneficien a cada uno de los integrantes del equipo, que hasta día de hoy considero integro, compacto y con quienes creé un fuerte lazo.

Partiendo de lo anterior, quiero resaltar mi top cinco, de los beneficios de pertenecer a un grupo estudiantil:

Capacidad de liderar y ser autónomo: elegir un rol dentro de un grupo permite establecer la dinámica del ejercicio de trabajo que seguirán los miembros. Ser un líder o seguidor, permitirá activar y elevar esas habilidades blandas ligadas a la comunicación, planeación y control organizacional; recuerda, todos llevamos un líder dentro, solo necesitas una oportunidad y la confianza para ponerlo en práctica.

Socializar: Aunque algunos no lo consideren, el hecho de empatizar y generar alguna relación positiva con otros, permitirá reactivar nuestra capacidad de dialogo, de ampliar conocimiento, ayudar y comprenderse mutuamente, e incluso regular nuestra serotonina.

Flexibilidad conjunta: Necesitamos cooperación para alcanzar un objetivo ambicioso, pues nuestras capacidades siempre podrán verse truncadas, y sin una mano extra podríamos sentirnos frustrados. Los miembros del equipo se complementan y apoyan en momentos de crisis, esto permite al grupo tener mayor control de los riesgos que puedan afectar el avance del trabajo. De esta manera, se puede cumplir los objetivos en el menor tiempo posible, alcanzando la eficiencia y eficacia que nos pueda hacer efectivos.

Equidad del trabajo: Establecer una correcta repartición del trabajo, teniendo en cuenta las capacidades de cada integrante. Es importante conocernos unos a otros, considerando las fortalezas y debilidades de cada uno. Poner en práctica los valores como la tolerancia, fraternidad, confianza, solidaridad, permitiéndonos potencializar nuestras habilidades y conocimientos para el beneficio del equipo completo.

Abrir más la mente: Como base inicial, un grupo estudiantil es creado para generar el enfoque de trabajo a partir de la diversidad de ideas que puedan surgir, y en ese ejercicio cada integrante logre captar y procesar aquel conocimiento del que carecía.

Una vez conocidos los principales beneficios derivados de pertenecer a un grupo estudiantil podemos tomar una decisión más informada como estudiantes acerca de adherirnos a organizaciones de este tipo si lo que buscamos es fortalecer nuestras habilidades y nuestro perfil profesional, al tiempo en que nos convertirnos en agentes de cambio para la sociedad.