Por: Norida Vanegas Chinchilla
Consultora de Innovación
Corporación MAVI

El logro de una meta desde diferentes perspectivas tiene diversos caminos que se pueden implementar, pero ¿Cuál es el modo correcto de hacerlo? A partir de este interrogante se lleva a reflexionar que los individuos en sus actividades laborales, familiares y sociales cargan responsabilidades muy pesadas que en ocasiones emprenderlas solos puede ocasionar problemas para la vida diaria e inclusive pueden llevar al fracaso. Por tal motivo, para alcanzar los objetivos de manera eficiente en las organizaciones es recomendable formar equipos que faciliten el logro y control de las metas, garantizando con ello un aprendizaje y reconocimiento mutuo.

La sociedad en algunos contextos maneja una política de exterminio y lucha del más fuerte, donde se inculcan la importancia de ser los mejores y sacar ventaja de todo sobre la integridad y las opiniones de los demás, dando como resultado imposibilidad del libre desarrollo de las capacidades grupales. En la cotidianidad, el ser humano comparte con personas de facultades sobresalientes, sin embargo al trabajar unidos por un objetivo esto queda reducido a lucha de intereses propios y no a un común acuerdo y mejora de potenciales conjuntas. El planteamiento que se expresa es duro y drástico, pero en algunas situaciones es la realidad, es por eso que se ve cómo organizaciones surgen y despliegan habilidades, pero se encuentran en entornos de conflictos sin sentido con otras, en vez de concentrarse y buscar mutuamente la solución de los problemas de la comunidad en general.

Aún así, no todo está perdido, existen excelentes herramientas útiles para la vida personal y laboral, uno de ellas es El estado Gung Ho. Este estado desde dos planos, permite reflexionar acerca de las múltiples oportunidades que da la vida para triunfar, pero depende de abrir los ojos y ver que solo el éxito se logra si se puede compartir con alguien.

Todo comienza con el hecho de sentir pertenencia y saber la importancia que tiene lo que se hace para la sociedad. De esta manera, se ejerce un compromiso y la necesidad de proponerse una meta basada en valores que orienten el comportamiento de todos en las labores del equipo. De la misma manera, esto permite ver el lado humano del trabajo, puesto que se observa todo desde el punto de vista de mejorar y contribuir a las personas. Una de las amenazas de esta perspectiva, radica en la resistencia, porque el ser humano está acostumbrado a trabajar en función de lo material y del oportunismo individual, es por eso que si se logra superar esto, se afianza la confianza y el estilo de actuar colectivamente.

El segundo plano de este estado es muy difícil de manejar, debido a que trata del control del equipo sobre las tareas. Alrededor de este se maneja la importancia de que todos conozcan y tengan información referente a su labor, puesto que les permite tener el poder de la situación además de aportar ideas y soluciones sobre cómo alcanzar la meta. Bien se sabe que, en las organizaciones mantener una posición de confianza frente a la labor que desempeña el compañero, mas si es de vital importancia no deja de ser una preocupación. De aquí, que es inevitable no dudar de las capacidades del otro y pensar que solo es uno el que tiene la habilidad y el saber en todo. Por consiguiente, es recomendable ser consientes de que todos tienen la oportunidad de expresar sentimientos, ideas y puntos de vista, y llegar a un consenso en la toma de decisiones. Cabe aclarar que, todo esto se logra contando con la información completa, la confianza en las habilidades y destrezas de los miembros del equipo y haber trazado reglas que permitan guiar el actuar.

Al llegar a este punto vale reflexionar si con sólo estos dos pasos es suficiente. Pues no, se necesita el motor que mueva y unifique estas dos partes y es aquí en que se necesita el apoyo, la motivación y el ánimo para seguir el propósito. Sobran razones para decir que si no se tiene un estimulo de hacer las cosas, es seguro que aunque se cuente con las herramientas no se hará nada. Todo esto parece, confirmar que la realidad que se ve en ocasiones, un equipo conformado con excelentes miembros, pero la falta de ánimo y de apoyo mutuo hace fracasar cualquier intención de alcanzar la meta. Esto lleva a concluir que el ser humano para triunfar tiene que desprenderse de su ego, su materialismo y abrir su mente al bienestar común y participativo. Esta descripción será incompleta si se olvida que las personas son sociables por naturaleza y que siempre buscan el compartir experiencias con los demás lo cual es una gran ventaja para llegar a trabajar de la mano juntas.

El estado Gung Ho no se trata tan sólo de una moda gerencial sino de cambiar una forma de vivir. ¡GUNG HO!

Un comentario

  1. Excelente aporte y apreciacion. Aunque no estoy en el area gerencial, me parece que es una alternativa que si se logra implementar dará excelentes resultados dentro de cualquier grupo de trabajo.

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