Por: José Dario Villamil Villadiego
Investigador

En toda carrera universitaria existen asignaturas que en algún momento nos hacen pensar “¿Para qué la cursamos?” “¿Por qué nos dan esto si nunca lo voy a usar?”. Principalmente por no encontrar la utilidad de estas asignaturas en la carrera que estudiamos, como suele suceder con las matemáticas. Sin embargo, en esta oportunidad quiero hacer énfasis en una asignatura con enfoque cultural, la mal-llamada materia de relleno; Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS). Y es que es mal llamada porque no visionamos su valor real.

Es justo hacerse la pregunta ¿Podemos realmente innovar y contribuir al desarrollo de una nación sin el conocimiento de las estructuras de Investigación y Desarrollo I+D? ¿Podemos pasar por alto los factores culturales que intervinieron en el desarrollo de las naciones que admiramos y junto a las cuales queremos estar?, la respuesta parece obvia, pero países en vías de desarrollo parecen hacer siempre la misma apuesta inadaptada; Innovación y Desarrollo sin ciencia, simplemente algo imposible.

Los estudios CTS pueden ayudar a identificar de una mejor manera cuáles son los pasos a seguir para lograr tal desarrollo a través del pensamiento sistémico. Algunos modelos empresariales extractivistas parecen aferrarse a nuestro pensamiento como memes, inamovibles, incuestionables. Pasando por alto que la mejor inversión que se puede hacer es sobre el recurso humano. Lastimosamente se suele prescindir de ciertos perfiles profesionales, porque la ley así lo permite. Pasar por alto la opinión de un experto puede tener consecuencias catastróficas. En este punto quiero establecer ciertas definiciones para citar varios ejemplos:

  • Ciencia: Es la búsqueda de conocimiento verificable, falseable (se puede poner a prueba)
  • Tecnología: Es la aplicación de conocimiento sistemático y programado para la resolución de un problema concreto.

Los estudios CTS centran su atención sobre los efectos que tienen la ciencia y la innovación tecnológica sobre la cultura, la ética y la política.

“la mejor forma de ejercer soberanía es haciendo investigación»  Capitán Rafael Ricardo Torres

 

La ciencia puede tornarse en una herramienta de política internacional por increíble que parezca. Durante mi asistencia al XVI Congreso Latinoamericano de Ciencias del Mar (COLACMAR) tuve la oportunidad de escuchar una charla del Capitán de Navío Rafael Ricardo Torres, concluía diciendo; la mejor forma de ejercer soberanía es haciendo investigación” y es que su trabajo titulado niveles del mar extremos en el mar Caribe (Sea level extremes in the Caribbean Sea), una revisión minuciosa del tema con datos de los últimos cien años le permitió a Colombia conservar soberanía sobre las islas de San Andrés y Providencia, luego del fallo de la Haya en el 2012.

Por otro lado se puede ver la importancia de la ciencia sobre la innovación en proyectos productivos. P. ej.: Un proyecto de zoocría (producción animal) que tenga incertidumbres taxonómicas (diferenciación difusa entre especies cercanamente relacionadas) tiene altas probabilidades de fracasar ya que si no están caracterizadas de forma correcta la puesta, temporada de apareamiento, tamaño/peso de los adultos/hembras/machos; en fin todos datos productos de la investigación básica puede llevar a grandes pérdidas; y las lleva, porque es una realidad.

En el caso de la nanotecnología (manipulación a escala nanométrica; de átomos y moléculas para la fabricación de productos aprovechando las propiedades de la materia a esa escala) tenemos que ha sido ésta la que ha producido los más grandes avances en investigación básica al respecto, esto es; el surgimiento de la iniciativa Nanotecnológica Nacional (de los EUA) en 1999, que tiene como principal objetivo “transferir nuevas tecnologías en productos para beneficio comercial y público”.

¡Pero! Aun habían (hay) vacíos en el conocimiento del comportamiento de la materia a nanoescala. Es por eso que otro de sus objetivos principales es “avanzar al programa de Investigación y Desarrollo (I+D) de nanotecnología de clase mundial.”

 Es decir; los estudios básicos o de línea base para lograr el desarrollo tecnológico a esta escala han sido llevados a cabo (de forma inusual) desde la propuesta nanotecnológica, simplemente por eso oímos hablar de nanotecnología y no tanto así de “nanociencia”, ya que este último papel lo ha fungido al tiempo como “poniendo al día la materia”; la tecnología a escala nano.

La respuesta a las preguntas formuladas arriba; no se puede innovar sin investigar, sin hacer ciencia, es imposible. 

“Un país está desprotegido si no tiene ciencia propia” Rodolfo Llinás M. D., Ph. D.

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