Por: Juan Carlos Martínez Torres
Consultor en Innovación
Corporación MAVI
En la actualidad la innovación está considerada como un factor fundamental de desarrollo en diversos niveles, en la empresa, en los sectores e incluso en el sistema económico en general, sin embargo la innovación en cualquier caso, surge realmente en la empresa y es la empresa la que puede marcar diferenciación gracias a sus capacidades de innovación y a sus productos y servicios innovadores.
Una innovación es la introducción de un nuevo, o significativamente mejorado, producto (bien o servicio), de un proceso, de un nuevo método de comercialización o de un nuevo método organizativo, en las prácticas internas de la empresa, la organización del lugar de trabajo o las relaciones exteriores. (OCDE, 2005)
Estando en un entorno donde la innovación es la “moda” o el “tema” del momento, cualquier profesional podría pensar que: innovar es complejo, que requiere de mucho esfuerzo o que solo funciona en empresas grandes con muchísimos recursos, y ¡no!, nada más alejado de la realidad, en realidad, puede que ya estas innovando pero tú o tu empresa no son conscientes de ello. ¿Puede ser eso posible? ¿Cómo es que puedo estar innovando sin saberlo?
En primer lugar tenemos que tener en cuenta, que la innovación no solo se restringe al elemento tecnológico, es decir que no solo se innova desarrollando nuevos o significativamente mejorados productos o procesos, también podemos innovar en modelos organizativos y de mercadotecnia, incluso se puede trabajar innovación social, por lo tanto el espectro para poder innovar es muy amplio, y cualquier empresa puede hacerlo, sin embargo elegir en qué tipo de innovación concentrar los esfuerzos, debe ser una decisión estratégica, e ir muy de la mano con las capacidades de la empresa; Lo cual nos lleva al segundo punto, para innovar es necesario contar con recursos, y en efecto innovar es mucho más sencillo si contamos con: personal preferiblemente de alta formación, o con un nivel creativo e ingenieril importante, al mismo tiempo deben existir recursos económicos destinados a generar un ambiente de innovación, por lo tanto deben existir herramientas adecuadas de trabajo para que los colaboradores puedan explotar todo su potencial. En otras palabras, básicamente los requisitos para innovar, son los mismos que necesita una empresa para existir. Sin embargo esos recursos son insuficientes si no contamos con el tercer elemento; se trata de un factor fundamental para que la innovación exista, y se trata del compromiso directivo para apoyar la innovación, dado que es difícil concebir que un empleado innove si no tiene la aprobación de sus superiores, sencillamente sus propuestas serían dejadas de lado y el esfuerzo y motivación del empleado habrían sido en vano.
Deberíamos entender entonces que ¿todo lo mencionado anteriormente se considera una fórmula exitosa para innovar?, pues no, no necesariamente necesitas de todos esos elementos, para poder innovar, pero claramente contar con ellos facilita que una empresa innove. Probablemente lo más cercano a una receta ideal para poder generar innovación en la empresa se reduce a: sacrificio, preparación y conocimiento, creatividad, visión y un foco de mercado especifico, adicionalmente es posible que se requieran de cierto tipo de competencias o recursos adicionales, en función de las características del sector en el cual se encuentra mi empresa, en este sentido puede que ademas se requiera de capacidades especificas de investigación y desarrollo tecnológico, donde encontramos sectores como el de biotecnología o el de software respectivamente, al mismo tiempo es posible que se haga necesaria la participación de intermediarios de innovación como universidades, centros de innovación, empresas de consultoría, cámaras de comercio entre otras, por lo cual contar con alianzas estratégicas puede ayudar muchísimo.
La innovación en efecto requiere de mucho esfuerzo, pero acaso ¿Qué negocio o empresa no necesita de esfuerzo? Requiere de recursos básicos, que cualquier empresa tiene, pero sobretodo requiere de conocer bien el negocio y estar preparado en función de él, pero al mismo tiempo es importante tener la capacidad de salir de la zona de confort y buscar soluciones fuera de lo conocido, en este sentido la creatividad y la visión que podamos tener es muy importante, pensemos que todos los inventos para llegar a existir, primero debieron ser imaginados en la cabeza de alguien.
Si bien se ha recalcado que la empresa debe contar con diversos elementos, capacidades o recursos, pero ¿Qué pasa si no tengo todo eso?, bueno puede que la tengas más difícil, pero el primer paso es identificar tus fortalezas y debilidades, por lo tanto si ya se es consciente de que capacidades se tienen o de que recursos existen en la empresa, es mucho más sencillo tomar acciones al respecto, una de ellas, ya ha sido mencionada, y se centra en la participación de terceros, puede que muchas de las capacidades o recursos puedan suplirse con la participación de terceros como: organizaciones intermediarias ya mencionadas, incluso se pueden incorporar al proceso creativo de desarrollo de la solución a clientes, proveedores e incluso a la competencia, en todo caso ninguno de ellos perderá su rol de cara a nuestra empresa, sencillamente tendrá un rol adicional, el rol de aliado estratégico, o incluso el rol de socio.
En conclusión la innovación no necesariamente es un proceso complejo, lo complejo puede llegar a ser la solución o la empresa misma, todo lo que se necesita es motivación y de allí se desprenderán la necesidad de adquirir conocimientos que no se tienen, de buscar recursos o alianzas claves, y la capacidad de poder imaginar una solución que ninguna otra persona en el mundo ha pensado antes.